El poder de cantar en conjunto
Una de las cosas que más me gusta de cantar es la experiencia de que las voces se unan en perfecta armonía. Es un momento en el que todo encaja y crea un momento mágico.
Cuando tu voz se conecta con la de las personas a tu alrededor, crea un tipo de belleza y comunicación diferente. Te sientes parte de algo más grande que tú, que recorres un camino compartido, y que hay una conexión espiritual que te hace más fuerte cuando estás en conjunto que cuando estás separada.
Esto me recuerda algo que presencié durante los Juegos Olímpicos de París. Cada vez que sonaba el himno nacional francés, me recordaba una escena poderosa de la película Casablanca.
En la escena, un grupo de oficiales alemanes comienza a cantar una canción patriótica alemana en un café, como una afirmación su dominio. Aunque están en territorio neutral, representan a las fuerzas opresivas que han invadido gran parte de Europa, incluyendo a Francia.
Laszlo, un líder de la resistencia francesa ve el malestar entre la gente del café. En un acto audaz de desafío, le ordena a la banda del café que toque el himno nacional francés. Rick, el dueño, asiente sutilmente con la cabeza al líder de la banda, permitiéndole continuar.
Cuando la orquesta comienza a tocar «La Marsellesa», todo el café se une, cantando con creciente fervor, con voces llenas de emoción. Esta escena simboliza poderosamente el espíritu de desafío contra la opresión y la solidaridad de quienes resisten la ocupación nazi. En conjunto, las personas encuentran la fuerza para enfrentar el mal. En conjunto, sobreviven y prosperan. Y en los Juegos Olímpicos, eta canción cantada en conjunto, inspiró a los/as/es atletas y a los equipos para llegar a la victoria.
Aquí está el vídeo de esta escena en Casablanca:
Creo que cantar en grupo de esta manera ofrece grandes beneficios:
Conexión emocional y creación de lazos afectivos: Cantar fomenta la unidad y el sentido de pertenencia, ayudando a las personas a sentirse más conectadas. Las experiencias musicales compartidas aumentan la empatía y profundizan los vínculos emocionales.
Beneficios de salud: Cantar hace que tomemos respiraciones profundas y asumamos una buena postura, lo que mejora nuestra capacidad pulmonar y nuestra salud respiratoria. Los estudios sugieren que cantar puede reforzar el sistema inmunológico al aumentar los niveles de inmunoglobulina A. Cantar libera endorfinas, lo que reduce el estrés y promueve el sentimiento de placer.
Salud mental y bienestar: Cantar reduce los niveles de cortisol, lo que reduce el estrés y promueve la relajación. Cantar en grupo puede mejorar significativamente nuestro estado de ánimo y reduce los sentimientos de depresión. Participar en la música mejora la memoria, la concentración y el estado de alerta mental.
Beneficios sociales y comunitarios: Cantar en grupo crea un fuerte sentido de comunidad y propósito compartido, que une diferentes orígenes. Cantar en armonía requiere coordinación y escucha, habilidades que se traducen en un mejor trabajo en equipo. Cantar juntos promueve la comprensión y la apreciación cultural.
Plenitud espiritual y existencial: Cantar en grupo, especialmente en contextos religiosos, profundiza el sentido de conexión con algo más grande. Nos permite expresar valores, esperanzas y creencias colectivas, ofreciéndonos un sentido de propósito y significado.
Canten salmos, himnos y cánticos espirituales
Se dice que Pablo escribió su carta a la comunidad en Éfeso mientras estaba en prisión, pero aun así tomó tiempo de describir el misterio del evangelio y sus implicaciones para el pueblo creyente, instándolo a vivir de una manera que refleje su nueva identidad en Cristo.
En Efesios 5,15-20, Pablo da instrucción a la comunidad sobre cómo vivir su fe. No solo ofrece pautas morales; él la llama a una manera de vida radicalmente diferente, que contrasta marcadamente con la cultura que la rodea. Este pasaje sigue a la exhortación de Pablo a «despojarse de lo que es viejo» para «vestirse con lo nuevo», un recordatorio del bautismo del que habló Marcus el domingo pasado.
Pablo enfatiza la importancia de la sabiduría, la vida llena del Espíritu y la adoración comunitaria. Comienza animando a la iglesia en Éfeso a vivir con cuidado (v. 15), y con una sabiduría que no es solo intelectual sino profundamente espiritual y que está arraigada en la comprensión de la voluntad del Señor. Él contrasta esto con la necedad del mundo, instando a la iglesia a aprovechar al máximo cada oportunidad (v. 16) para comportarse de una manera que dé testimonio de su fe.
Pablo invita a la iglesia a llenarse del Espíritu (v. 18), destacándola como la fuente de la verdadera sabiduría y el poder para vivir una vida que agrade a Dios. Esta plenitud en el Espíritu se desborda en una adoración gozosa, un apoyo mutuo y una vida de acción de gracias, prácticas que sostienen y fortalecen a la comunidad de fe.
Y es en esa adoración gozosa, y en el poder de la naturaleza corporativa de la fe, en lo que quiero concentrarme hoy. G. Porter Taylor señala que Pablo enfatiza la importancia de la adoración en comunidad. «Al contrario, sean llenos del Espíritu. Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón» (vv. 18-19). Este cantar comunitario es el núcleo de nuestra identidad cristiana y nuestra conexión con el cuerpo de Cristo, lo que nos permite encontrar propósito y fortaleza en nuestras vidas.
Cantar nos orienta hacia Dios y mantiene nuestras vidas en la relación correcta con Dios y con las demás personas que equipa al cuerpo de Cristo, la iglesia. Dios nos invita a cantar desde nuestros corazones y a conectarnos con su corazón. La adoración nos conecta con Dios y mutuamente.
Taylor enfatiza que este pasaje subraya la naturaleza corporativa de nuestra existencia y nuestra salvación. En la teología presbiteriana, la salvación no se trata solo de la relación de una persona con Dios. También nos habla de ser parte de la comunidad de la iglesia. Creemos que las promesas y la gracia de Dios se comparten dentro de esta comunidad, donde adoramos en conjunto, nos apoyamos mutuamente y crecemos en la fe.
La iglesia es el cuerpo de Cristo y recibir salvación significa convertirse en una parte intencional de este cuerpo, donde todas las personas están conectadas y viven en responsabilidad compartida. Es un viaje en común, en el que la comunidad de la iglesia juega un papel vital en el cuidado y la vivencia de la fe en comunidad.
Al vivir en esa salvación, podemos enfrentar días malos. Podemos tener cuidado con las maneras en que nos comportamos. Podemos evitar la insensatez. Podemos controlar la manera en que actuamos, para actuar de maneras amorosas y solidarias. Podemos dar gracias a Dios y vivir de manera agradecida. Podemos hacer todo eso porque el Espíritu nos llena cuando cantamos en comunidad.
El arzobispo Desmond Tutu habló sobre esta conexión espiritual usando el término «ubuntu». Ubuntu es una filosofía africana que enfatiza la frase «Yo soy porque nosotros/as/es somos». Significa que la identidad y el bienestar de una persona están profundamente conectados con la comunidad y las relaciones con otras personas.
Tutu explica el término en estas palabras:
«Mi humanidad está comprometida, inextricablemente ligada a la tuya. Pertenecemos a una vida en conjunto. Una persona es una persona por medio de otras personas. No es "Pienso, luego existo". Es más bien: "Soy humano porque pertenezco. Participo. Comparto". Una persona con ubuntu está abierta y disponible para las demás personas y las apoya, porque sabe que pertenece a un todo mayor y que se ve disminuida cuando otras personas son humilladas o disminuidas, o tratadas como menos de lo que son».
Así, cantamos en unidad y en armonía, sabiendo que pertenecemos a algo más grande. Cantamos en conjunto porque aprendemos en conjunto. Cantamos en conjunto porque caminamos hacia la madurez de nuestra fe en comunidad. Yo soy porque cantamos.
La vida es bonita
De vez en cuando, escucho música en otros idiomas. Disfruto especialmente de la samba, un estilo de música y baile brasileño, alegre y rítmico, y con raíces africanas. Es un símbolo de la cultura brasileña, con diversas formas, desde sambas de ritmo rápido hasta interpretaciones más modernas.
Hace poco, estaba escuchando la canción «O Que É, ¿O Que É?» de Gonzaguinha. Es una famosa canción brasileña que celebra la vida con sus alegrías y sus dificultades. No entiendo bien el portugués, pero al escuchar las palabras del estribillo me llenaron de esperanza al escuchar a Gonzaguinha cantar con un coro de voces de todas las edades:
Viver
E não ter a vergonha
De ser feliz
Cantar e cantar e cantar
A beleza de ser
Um eterno aprendiz
Ah meu Deus!
Eu sei, eu sei
Que a vida devia ser
Bem melhor e será
Mas isso não impede
Que eu repita
É bonita, é bonita
E é bonita
Vivir,
y no avergonzarse
de ser feliz.
Cantar y cantar y cantar
La belleza de ser
Un eterno aprendiz.
Ay Dios mío lo sé, lo sé
Que la vida debería ser
Mucho mejor y lo será P
pero eso no me impide repetir
Es bonita, es bonita y es bonita.
Puedes escuchar la canción en este vídeo:
A veces, cantar es un acto de desafío, especialmente en tiempos difíciles. A lo largo de la historia, las canciones han sido utilizadas para resistir la opresión y para declarar que puede haber un mundo mejor, desde los espirituales hasta la plena, desde las canciones de protesta hasta la nueva canción.
Así que la invitación es clara: «Sean llenos del Espíritu. Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón, dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo».
¡Canten! Cantemos y declaremos que hay esperanza. Cantemos y demos testimonio de que la vida es hermosa. ¡Cantemos la belleza de poder aprender! Cantemos y demos testimonio de que las cosas pueden mejorar. Yo soy porque cantamos en conjunto. ¡Y cantamos porque somos el cuerpo de Cristo en el mundo y por eso estamos damos gracias!
Yorumlar